Terapia para adolescentes en Valencia

Desde el punto de vista FÍSICO , todo aquello que afecta a su salud y a sus hábitos, o falta de ellos. Cuidar el sueño, hacer ejercicio, alimentación, consumo de alcohol y sustancias.

Estos problemas representan una seria dificultad del niño para controlar y manejar adecuadamente sus emociones, manifestando unas conductas que no son adecuadas ni adaptativas hacia el entorno. Estas conductas pueden darse en casa o la escuela y puede ir dirigida a profesores, compañeros, padres, hermanos…

La agresividad, puede ser tanto verbal como física, y dirigida hacia a los demás (heteroagresividad) o hacia uno mismo (autoagresión) por ejemplo mordiéndose, arañándose, estirándose el pelo, golpeándose la cabeza, etc.

La impulsividad  se manifiesta a través de la pérdida de control, de la impaciencia, de las rabietas con los adultos o con otros niños, el niño se niega a obedecer a las reglas, carece de autocontrol y tienen baja tolerancia a la frustración.

Todos estos comportamientos pueden desarrollar en estos niños, si no se interviene, un trastorno de conducta.

Los psicólogos aconsejamos que la intervención sea tanto a nivel individual como familiar. El tratamiento psicológico enseñará  al niño recursos que le llevarán a  mejorar su autoestima, técnicas de solución de problemas, asertividad, habilidades sociales, relajación y autocontrol emocional. A los padres os daremos pautas para reforzar o extinguir ciertas conductas.

El apego es un vínculo afectivo que se establece desde los primeros momentos de vida entre la madre y el recién nacido o su principal cuidador/a. El apego tiene unas funciones y son las de asegurar el cuidado, desarrollo psicológico y la formación de la personalidad. Existen 4 tipos de apego y según se desarrolle en la infancia va a condicionar las relaciones presentes y futuras de la persona.

El apego seguro

Este tipo de apego está caracterizado por la incondicionalidad: el niño sabe que su cuidador no va a fallarle. Los niños con apego seguro manifiestan comportamientos activos, interactúan de manera confiada con el entorno y hay una sintonía emocional entre el niño y la figura vincular de apego.

El apego ansioso 

Estos niños sienten y expresan emociones contrapuestas, lo cual les genera angustia y ansiedad. Tienen una sensación constante de inseguridad, procurando no alejarse demasiado de la figura del cuidador. Sienten que a veces sus figuras de apego están disponibles y otras veces no están para cubrir sus necesidades. Pueden tener miedo exagerado ante las separaciones, así como dificultad para calmarse cuando el cuidador vuelve. Los niños con este tipo de apego necesitan la aprobación de los cuidadores e intentan evitar o controlar constantemente ser abandonados.

El apego evitativo

Los niños con un apego de tipo evitativo presentan distintas conductas de distanciamiento. Por ejemplo, no lloran cuando se separan de cuidador, se interesan sólo en sus juguetes y evitan el contacto cercano.

Se da cuando el niño desarrolla una autosuficiencia compulsiva con preferencia por la distancia emocional.

Apego desorganizado

Es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo en que el niño presenta comportamientos contradictorios e inadecuados. Es el tipo más complicado de apego.

Podemos trabajar los tipos de apego en terapia, una intervención temprana evitará sufrimiento y dificultades en sus relaciones personales, sociales y laborales presentes y futuras.

La mayoría de l@s niñ@s tienen miedos, muchos de estos miedos son normales y pertenecen a las distintas etapas madurativas del menor. Sin embargo, a algunos les cuesta más y necesitan ayuda y acompañamiento para poder superarlos.

Cómo saber cuándo los miedos son o no son un problema?

Si los miedos y las preocupaciones son muy intensos o impiden que un niño lleve una vida normal, podrían ser un indicador de un trastorno de ansiedad.

Hay que estar pendientes de los siguientes indicadores:

Los miedos son demasiado intensos o se alargan en el tiempo.

El niño que está muy ansioso, temeroso, le cuesta conciliar el sueño o tiene berrinches o enfados.

Le dificultan llevar una vida normal, le supone limitaciones al ir al colegio o estar separado de sus padres

Somatiza, es decir, estos miedos le provocan síntomas físicos como dolor de barriga, dolor de cabeza, taquicardia, mareos..

Las fobias hablan de un miedo específico a algo en concreto, y que también limita al menor, pueden ser fobias a animales, objetos, situaciones etc.

Los adolescentes construyen su sentido de la identidad personal, sexual y social en esta etapa, consiguiendo una imagen positiva o negativa sobre sí mismos. Este auto concepto, la visión sobre su figura corporal y su autoestima tendrán una importancia decisiva para el resto de sus vidas.

La SEXUALIDAD. El deseo sexual tiene una gran importancia en esta etapa. Normalmente se orienta de forma heterosexual, homosexual o bisexual, con dudas en ocasiones, y a veces con cambios en años posteriores. Trabajaremos la educación sexual, como; los riesgos de la actividad sexual sin protección, las relaciones de igualdad, el abuso sexual (que se da en bastante medida entre los adolescentes), el uso y entendimiento de la Pornografia, las ETS, el acoso, los desengaños, las estafas emocionales, y el riesgo de Grooming.

El perfeccionismo y elevado autoexigencia, que lleva a muchos adolescentes y jóvenes adultos a tener ansiedad anticipatoria ante los exámenes, somatizaciones, baja tolerancia a la frustración y desequilibrio en el uso del tiempo de ocio.

Ira, conflictos con los PROFESORES, relaciones FAMILIARES o con COMPAÑEROS. El absentismo escolar también puede darse junto con las malas compañías, iniciando un camino de riesgo.

Inseguridad, miedo al abandono de padres o amigos, apego inseguro, sentimientos de soledad, inestabilidad emocional, desconfianza en los seres humanos y en las relaciones afectivas, amistosas, apego evitativo, o desorganizado, pueden provocar sufrimientos emocionales y sociales que pueden favorecer el aislamiento, la depresión, ansiedad e incluso el suicidio. El apego seguro es el mejor protector ante el riesgo de suicidio y otros muchos problemas.

En la mente del niño aparecen pensamientos atemorizantes, es decir obsesiones, nada realistas que son incapaces de eliminar. Esto les provoca realizar ciertos comportamientos de forma repetitiva (compulsiones) para hacer desaparecer esos pensamientos atemorizantes y así protegerse de que todo esté ordenado, limpio, de que no pase nada malo, de que no falte nada, preguntas constantes sobre dudas etc.

Dado que los adolescentes experimentan a menudo cambios de humor, puede ser difícil reconocer cuando su hijo o hija tiene depresión, y por lo tanto, cuándo podría necesitar ayuda. Lo primero que las personas suelen observar es el retraimiento, o cuando el adolescente deja de hacer cosas que solía disfrutar. Es posible que haya otros cambios en su estado de ánimo, incluida la tristeza o la irritabilidad. O en su comportamiento, incluido el apetito, el nivel de energía, los patrones de sueño y el desempeño académico. Si varios de estos síntomas están presentes, esté atento a la posibilidad de depresión.

He creado la plataforma Bastabullying.es consciente de la dimensión y gravedad de ese problema. Somos psicólogas especializadas en Bullying y Ciberbullying.  Trabajamos con padres, profesores, equipo directivo y alumnos para combatir el bullying en Valencia. En casos donde se requiera colaboran con nosotras abogados y psiquiatras especialistas en acoso escolar y ciberacoso.
Nuestros campos de actuación son:

Colegios de Valencia
– Terapia psicológica a niños y adolescentes
– Asesoramiento psicológico a familias.
– Talleres preventivos en colegios y en el gabinete.

Más información en el enlace de Bastabullying.es 

Estado de ánimo bajo, pesimismo, enfados y ataques de ira, encerrarse en uno mismo, dificultad para socializar etc. Las dificultades para expresar, comprender, compartir, regular y usar adecuadamente las emociones son las dificultades más frecuentes. No saber expresar y en ocasiones no comprender las emociones propias y ajenas genera problemas de comunicación, no compartir las emociones imposibilita la empatía, dificulta y estropea las relaciones de cercanas.

– Tener dificultades para escuchar y prestar atención.
– Necesitar muchos recordatorios para hacer las cosas, problemas de memoria.
– Distraerse fácilmente.
– Ser desorganizadas y perder las cosas
– No sentarse quietas, saber esperar su turno o ser impacientes
– Hacer las tareas escolares o de otros tipos a toda prisa y cometer errores por descuido
– Interrumpir mucho y hablar o decir en voz alta las respuestas en clase
– Hacer cosas que no deberían hacer, aunque sepan que no es correcto
– Alterarse con facilidad
– Sentirse inquietas, ansiosas, frustradas o aburridas