“¿Trauma? Pero si eso ya pasó hace años…”
Es una frase que escuchamos muy a menudo en nuestro gabinete de psicología en Valencia especializado en terapia de pareja, apego y traumas. Y sí, puede que el evento traumático haya ocurrido hace mucho tiempo. Pero si ese trauma no fue procesado, sus efectos no desaparecen por sí solos.
El trauma no resuelto no vive solo en tus recuerdos: vive en tu cuerpo, en tu sistema nervioso, en tus emociones y en la forma en que te relacionas con los demás… incluso si no eres del todo consciente de ello.
¿Qué es un trauma emocional?
El trauma emocional es una respuesta profunda a una experiencia que sobrepasa tu capacidad de afrontamiento. Puede deberse a un evento único (como un accidente o una pérdida) o a situaciones prolongadas (como una infancia marcada por negligencia, abuso emocional, o una relación de pareja tóxica).
Muchas veces, la mente bloquea o minimiza esos recuerdos como mecanismo de defensa. Pero el cuerpo recuerda. Y cuando el trauma no se procesa adecuadamente, sigue activo en segundo plano, condicionando cómo vives tu día a día.
¿Cómo se manifiesta el trauma no resuelto en la vida cotidiana?
Aunque no lo veas, el trauma no resuelto puede estar presente en las pequeñas y grandes cosas de tu rutina. Estas son algunas señales frecuentes que observamos en consulta:
✺ Reacciones intensas ante cosas pequeñas
Te alteras fácilmente, te cuesta gestionar los conflictos o sientes que “explotas” por motivos que parecen insignificantes.
✺ Ansiedad sin motivo aparente
Tienes una sensación constante de alerta, inquietud o miedo, aunque racionalmente todo esté bien.
✺ Dificultad para confiar o poner límites
Te cuesta abrirte a los demás, o bien acabas en relaciones donde cedes demasiado para evitar el conflicto o el abandono.
✺ Sensación de desconexión
Te sientes “fuera de ti”, como si estuvieras en piloto automático. A veces incluso te cuesta identificar lo que sientes.
✺ Buscar vínculos que te lastiman (o evitarlos por completo)
Repites patrones de relaciones dañinas o, por el contrario, evitas el vínculo por miedo a sufrir.
En nuestro gabinete de psicología en Valencia, trabajamos con muchas personas que llegan diciendo “no sé qué me pasa”, y poco a poco descubrimos que lo que sienten tiene raíces profundas en experiencias no resueltas del pasado.
¿Por qué sucede esto? El trauma vive en el sistema nervioso
El trauma no solo es un recuerdo. Es una experiencia que queda grabada en el cuerpo, en el sistema nervioso.
Cuando pasas por una situación traumática, tu cuerpo activa mecanismos de supervivencia como la lucha, la huida o el congelamiento. El problema es que, si el trauma no se procesa, ese estado de alerta se queda “atascado”.
Tu cuerpo sigue actuando como si estuvieras en peligro, aunque ya no lo estés. Por eso puedes sentir miedo sin razón, reaccionar de forma desproporcionada o tener síntomas físicos como tensión muscular, insomnio, dolor crónico o fatiga constante.
Esto no significa que estés exagerando o que seas débil. Significa que tu sistema nervioso no ha encontrado aún una forma segura de volver a la calma.
No es tu culpa: sobreviviste como pudiste
Si hoy sientes que algo “no está bien”, si te cuesta confiar, si tus emociones te abruman o si te cuesta disfrutar de la vida, no es tu culpa.
En su momento, adaptarte fue tu manera de sobrevivir. Tal vez aprendiste a desconectarte de tus emociones para no sufrir. Tal vez desarrollaste una fuerte necesidad de controlar todo, o te volviste hipervigilante para no volver a pasar por lo mismo.
Estas respuestas no son fallos: son intentos de protegerte.
Pero lo que te salvó antes, puede estar interfiriendo ahora con tu capacidad de vivir con calma, con conexión, con plenitud.
¿Qué papel juega el trauma en las relaciones?
En nuestro centro especializado en terapia de pareja en Valencia, vemos a diario cómo el trauma no resuelto afecta la intimidad, la comunicación y la seguridad emocional.
- Apego inseguro: Las heridas del pasado pueden hacer que te relaciones desde el miedo: miedo al abandono, al rechazo, o a no ser suficiente.
- Relaciones tóxicas repetidas: Puedes sentirte atraído/a por personas que repiten dinámicas que conoces (aunque te hagan daño), porque en el fondo, tu sistema busca lo “familiar”.
- Evitar la cercanía: También es común evitar el vínculo por completo, creyendo que así estarás a salvo. Pero la soledad también duele.
En estos casos, trabajar el trauma no solo mejora tu bienestar individual: transforma tus vínculos.
¿Se puede sanar un trauma antiguo?
Sí. Con ayuda, con tiempo, y con las herramientas adecuadas, el trauma se puede trabajar y sanar.
En nuestro gabinete de psicología en Valencia especializado en trauma y apego, acompañamos a las personas en este proceso desde un enfoque integrador, basado en la seguridad y el respeto al ritmo de cada uno.
A través de técnicas como:
- EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular)
- Terapia centrada en el cuerpo y el sistema nervioso
- Terapia del apego y enfoque relacional
- Terapias de tercera generación como el mindfulness o la compasión
… ayudamos a que el cuerpo y la mente vuelvan a sentirse en casa.
Conclusión: No estás rota/o. Estás herida/o. Y eso se puede sanar
Si este post te resonó, si algo dentro de ti dijo “esto me pasa a mí”, queremos que sepas algo importante:
No estás rota/o. No estás exagerando. No estás sola/o.
Estás herida/o. Y eso tiene sentido. Lo importante es que puedes sanar.
Con ayuda profesional, puedes recuperar tu calma, tu energía, tu capacidad de vincularte desde un lugar más libre y seguro. Tu historia importa. Y trabajarla puede cambiar tu presente.
¿Sientes que el pasado aún afecta tu vida actual?
Te invitamos a dar el primer paso.
En nuestro gabinete de psicología en Valencia especializado en trauma, apego y relaciones de pareja, estamos aquí para escucharte y acompañarte.
Porque sanar es posible. Y mereces vivir en paz.
